Atención: ¡contiene spoilers!
El espacio Fundación Telefónica de Buenos Aires se tiñó de hielo y fuego durante diez días en el mes de marzo para que los fans pudieran disfrutar de la exposición de la serie Game of thrones, organizada por HBO para la promoción del final.
Una proyección de los créditos de apertura daba la bienvenida a la exposición, pero el verdadero viaje comenzaba al subir unas escaleras iluminadas por luz negra mientras que en el techo se proyectaba una escena con los dragones como protagonistas.
Un mural que representaba el bosque de los dioses de Winterfell era la primera parada. Con una luz azulada que se extendía hasta una pared negra, los bocetos originales de los caminantes blancos (realizados por el artista William Simpson) se desplegaban para que fuesen apreciados.
Dejando atrás el azul de Winterfell un pasillo marcaba el camino que se iba tiñendo de colores más cálidos y paredes de piedra para llegar a “La sala del trono” de King’s landing. La banda sonora de la serie sonaba por sobre el murmullo del gentío que se amontonaba para conseguir su selfie con la réplica acordonada del trono de hierro. Un poco decepcionados de no poder sentarse en el mismo; a pocos metros se podía apreciar desde cerca uno de los trajes icónicos de Cersei Lannister y la corona del rey. Continuando el camino con una luz tenue, se encontraban los escudos de las casas y familias en color dorado que contrastaban con la pared negra, este, era uno de los puntos favoritos para que los fans pudieran sacarse la foto con el emblema de su casa favorita.
Escenas clave se reproducían en pantallas led camino a la Sala de los Rostros. Un extenso mural con la imagen de rostros irreconocibles, hacían referencia a los que son recolectados para luego ser utilizados como disfraces. Entre murmullos de sorpresa y felicidad los fans que concurrieron ese día encaraban a otro salón, donde un proyector recreaba en el piso el círculo de fuego que ayuda a nacer a los dragones, una pequeña fila se formó para tomarse una foto allí también. Las réplicas de las armas más famosas estaban enmarcadas y junto a ellas se mostraban las escenas en las que fueron utilizadas.
Pero todavía faltaba mucho por ver, así que entre pantallas con mapas de los terrenos de los siete reinos se llegaba al famoso muro de hielo, una pared rugosa que imitaba la zona congelada a la perfección. Frente a éste la música se desvanecía para dar lugar al sonido envolvente de una escena que dejó a todos sorprendidos, la Batalla del Aguas negras se reproducía en bucle en un sector de pared blanca que se reflejaba en un suelo perlado, que daba la sensación de estar ahí.
Mientras el recorrido continuaba la luz se tornaba más fría y baja, declarando que el final se acercaba, una coordinadora del evento indicó que se esperara detrás de un cordón para que todos pudieran disfrutar de lo que sucedía, con celulares y cámaras en mano listos para tomar la siguiente foto, el público se puso en fila a esperar su turno. Todos querían tener un recuerdo de las estatuas tamaño real de los caminantes blancos: el rey de la noche y su mano derecha, los villanos principales; en un sector ambientado en el norte, más allá del muro donde se libró la última batalla vista en la serie.
El recorrido finalizó caminando por el Bosque de los Dioses por el cual se ingresó, los fans antes de salir podían dejar su firma y opinar quién sobreviviría a la gran guerra a desarrollarse en la temporada final.
Una experiencia extrasensorial para palpitar el final de la serie que llega el 14 de abril, por la plataforma HBO.
Por: Lorna Grant (@hereislor)
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