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EL FÚTBOL NO ES UN DEPORTE, ES UN NEGOCIO

Actualizado: 17 abr 2019


Ex Presidente de la FIFA, Joseph Blatter

Hace ya mucho que se viene hablando acerca de cómo en el mundo del fútbol, la plata se ha vuelto cada vez más protagonista. Pero, cómo si de otro planeta se tratara, los argentinos solemos creer que estamos a millones de kilómetros de distancia de las grandes máquinas futbolísticas y monetarias que son las ligas europeas o la MLS de Estados Unidos. Es verdad que las cifras que se manejan en esos lugares del mundo son astronómicas. Sin embargo, a pesar de su humilde cantidad de ceros, el fútbol nacional también cuenta con un sistema que, a priori, los deja a todos más que contentos.

Según una publicación del diario español MARCA de mediados de 2018, “El Observatorio de fútbol CIES ha hecho público su informe anual del valor de mercado de los futbolistas de las cinco principales ligas europeas. Para realizar este estudio se tiene en cuenta varios criterios como la edad del jugador, su posición, la duración de su contrato y el rendimiento”. Los números que se desprenden de este informe hacen que la diferencia entre la Tierra y Marte parezca pequeña si se comparan el futbol europeo con el argentino. El futbolista de mayor valor en el mercado es, siempre según el informe, el brasileño Neymar Jr. por 213 millones de Euros. Luego aparece el “astro” argentino, Lionel Messi, con 202 millones de euros y, completa el podio, el inglés Harry Kane, con 195 millones de euros. Si nos remontamos al final del informe, en la posición número 100 aparece un jugador danés del Chelsea (equipo de Inglaterra) con un valor en el mercado de 50.2 millones de euros.

Y acá es donde la cosa se pone fea para la “tierra en donde se planta un árbol y sale un futbolista”. En Argentina, el Club Atlético Independiente compró, en enero de 2019, al jugador más caro de la historia de la institución fundada en 1905 y que tiene 7 Copas Libertadores (el más ganador de todo el continente) y 2 campeonatos del mundo (Copa Intercontinental) venciendo a rivales del Viejo Mundo. Cecilio Domínguez es oriundo de Paraguay, tiene 24 años, es delantero y antes de llegar al club de Avellaneda jugaba en México. Su pase, el más caro en la historia de Independiente, tuvo un valor de tan solo 6 millones de dólares. Nada más. Unas 10 veces menos (teniendo en cuenta la diferencia entre el dólar y el euro) que el jugador numero 100 entre los más caros de Europa.

Pero no solo en la compra de jugadores se ven estas gigantes diferencias. En la venta de jugadores también pasa algo parecido para el futbol criollo. El pase más caro en la historia del Club Atlético Boca Juniors (también de una riquísima historia en su palmarés) fue Fernando Gago, en el año 2007, con su venta al Real Madrid por 27 millones de dólares. En Europa, más precisamente en la Juventus de Italia, el equipo de Turín pagó unos 90 millones de euros, en el 2016, por el “pipita” Higuain. O mejor analicemos el caso de otro argentino, Hernán Crespo, quien en la temporada 2000/01 pasó del Parma al Lazio (ambos clubes de Italia) por 55 millones de euros; el doble de lo que se pagó por “pintita” Gago, y casi una década antes.

Sabiendo estas diferencias, se podría incurrir en el error de pensar que, si uno mira el panorama completo, el fútbol argentino no es un negocio, ya que se encuentra lejos de los millones de euros del Viejo Mundo.

Pero la situación no es tan así.

En el fútbol mundial se gana, se pierde o se empata. Pero cuando se trata del negocio del fútbol, siempre se gana, incluso personas o instituciones/organizaciones lejanas al deporte. Pongamos como ejemplo la venta, a fines del 2018, de Gonzalo “Pity” Martínez de River al Atlanta United de Estados Unidos. La venta fue de mas de 20 millones de dólares (número abultado para lo que se maneja en el futbol nacional), pero ese dinero se divide de la siguiente manera: un 74,3% se destina al club vendedor, en este caso River; un 15% va para el jugador; un 7% para el Estado Nacional; 2% para la AFA; 1,2% para el Estado local del club vendedor, en este caso el dinero se destina a las arcas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; y 0,5% para el gremio Futbolistas Argentinos Agremiados. Sumado a esto,

según el mecanismo de solidaridad de formadores de la FIFA, el club que compra (aquí el club estadounidense) debe retener un 4% del valor bruto para otorgárselo a los clubes formadores. Y siguiendo con el ejemplo, el club Empleados de Comercio de Mendoza, formador de “el Pity”, cobra unos 6 millones de pesos, mientras que Huracán, quien formó al jugador pasados los 15 años, obtiene unos 672 mil dólares (unos 25 millones de pesos).

Por eso, el fútbol argentino puede que no sea el más lindo para ver, ni el que mejores estadios tiene, pero como todo es un negocio…en Argentina, todos ganan.


Por: Matías Di Martino ( @mattidimartino )

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